sábado, 11 de julio de 2009

Un poco de historia (2) Entre pillos nos han pillado


La caída del Imperio Romano, también es el principio de la Historia del pueblo visigodo en la Península Ibérica. Los godos fueron un pueblo germánico que, tras vivir en el norte de Germania, a principios del siglo III se instaló a orillas del Mar Negro, en la zona de Crimea, siendo expulsados de allí, por los Hunos, en 376. Tras casi 40 años de guerras con y contra el Imperio Romano (incluído el sitio, asalto y saqueo de Roma durante tres días) acaban haciendo una alianza con el Imperio, en nombre del cual se encargarían de combatir a los suevos, alanos, vándalos, asdingos y silingos que ocupaban las provincias de Hispania, corría el año de 415. El imperio Romano cayó en 476 y Leovigildo terminó de conquistar la península en 586 para mayor gloria del reino visigodo. Su primer asentamiento en España se encuentra en los llamados Campos Góticos (Tierra de Campos) y acabaron estableciendo su capital en Toledo.


Los godos siempre anduvieron a bofetadas y, como no tenían bastante con sus enemigos, la intriga, la traición y las batallas internas fueron una constante durante toda su existencia. Cuando el último rey, Rodrigo, alcanzó el trono, sus rivales llamaron en auxilio a los musulmanes de Musa Ibn Nusair (el famoso moro Muza) En abril de 711 su lugarteniente Tarik Ibn Ziyad desembarca en Gibraltar (que desde entonces lleva su nombre, Yabal Táriq) y en julio derrotó a Don Rodrigo en la Batalla de Guadalete e inicia la conquista del reino. Cinco años más tarde con la caída de la Gallia Narbonensis, última provincia visigoda, se pone fin al Reino Visigodo y se inaugura el período islámico en la historia de España.


Vettones, romanos y visigodos dejaron su impronta arqueológica en nuestra zona, habiéndose hallado numerosos rastros de todos estos pueblos en nuestra comarca. En cambio los árabes no nos dejaron casi nada, seguramente porque fueron un pueblo que nunca llegó a asentarse por aquí. En realidad la situación de despoblamiento del centro de la península va a seguir igual que en épocas precedentes sólo grupos de pastores nómadas deambularon por las tierras de la meseta en busca de pastos para sus ganados. Dentro del término de Pascualcobo, en el lugar llamado el Mingálvaro, muy cerca de la Fuente del Moro, llamada así desde tiempos remotos, hay un enterramiento excavado en piedra, posiblemente sea medieval, donde se aprecia perfectamente la silueta de un ser humano. De esta época también, son los restos del horno hallados en la llamada Olla del Horno.

Y si en la página anterior citaba a D. Arsenio Gutiérrez Palacios y sus trabajos relacionados con los vettones, debo ensalzarlo por los descubrimientos de las pizarras visigodas que halló en la Dehesa del Castillo, las pizarras castillenses, que datan de los siglos VI al VIII y son, cronológicamente, los primeros documentos escritos de la lengua castellana. Esto quiere decir, manque les pese a nuestros queridos amigos burgaleses, que el origen del Castellano no está en Santander, ni en La Rioja, ni en Burgos. Hasta que aparezca otro hallazgo que desbanque a las pizarras, las primeras palabras escritas de la lengua castellana han dormido durante centurias a menos de 5 kilómetros de Pascualcobo, en la Dehesa del Castillo, término municipal del actual Diego del Carpio, antes Diego Álvaro, antes Valencia de la Sierra, antes...

D. Arsenio Gutiérrez Palacios nació en Diego, tiene calle allí y en Ávila, y ha sido, sin duda, uno de nuestros paisanos contemporáneos más ilustres.

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